La naturaleza para mí es un lugar de observación, donde investigo los fenómenos naturales que abordo en mi obra, y donde exploro lo inconsciente, un territorio que me atrae ya que en él se encuentran las representaciones simbólicas, lo individual se diluye en la esencia y en el todo colectivo. Natura supone un exponente de las dos vías que me interesan, una reflexión en torno al ser humano y también un lugar donde mis procesos artísticos investigan la relación con el espectador.

5/14/15

PAISAIAREN MURMURIOA / CUANDO EL PAISAJE HABLA


Centro Kultural Koldo Mitxelena
Donostia-San Sebastián
12 marzo - 30 mayo 2015


















"Nature is for me a place of observation, where I investigate the natural phenomena I address in my work, where I explore the unconscious, a matter which draws my attention due to the symbolic representations that can be found there. What is individual is diluted in the essence and the collective whole.

In my work, which is focused on different techniques and languages, I avoid the final result to find first and foremost the participation of the spectator as the most important element. Therefore, photographs, facilities, video creations, drawings and sounds are created not only to activate and cause reactions in the human being, but also to explore the limits of the exhibition space as a test tube of new ways of communication through objects and pieces I produce.   

For me, nature represents an example of the two tracks I am interested in, a reflection around the human being and also a place where my artistic processes investigate the relationship with the spectator"  

Pilar Soberón, extract of the interviuw by Koldo Mitxelena Kulturgunea





"La naturaleza para mí es un lugar de observación, donde investigo los fenómenos naturales que abordo en mi obra, cómo donde exploro lo inconsciente,  un territorio que me atrae ya que en él se encuentran las representaciones simbólicas, lo  individual se diluye en la esencia y en el todo colectivo.

Para mí Natura supone  un exponente de las dos vías que me interesan, una reflexión en torno al ser humano y también un lugar donde mis procesos artísticos investigan la relación con el espectador.


Por ejemplo, el bosque es un reducto donde florece abundante la vida natural, no dominada ni cultivada, simboliza lo femenino y a su vez es un espacio temido y habitado por dioses y por monstruos. El miedo a caer en la no-conciencia, a perderse en el bosque,  se manifiesta claramente en los cuentos infantiles, de ahí que represente el aspecto peligroso del inconsciente, según Jung, su naturaleza devoradora y ocultante de la razón.












Pilar Soberón, Sima vertical, (2015), 120 x 80cm, colour photograph, metacrylate and aluminium.














Sima horizontal, (2015), 80 x 120 cm.

















Sima, (2015), 150 x100 cm.














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Geo (2015), 80 x 120 cm. colour photograph, metacrylate and aluminium.










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Entropía
Pilar Soberón


Ésta muestra recoge diferentes campos de investigación en proceso que se comunican con  Natura en sus dos vertientes: locus amoenus, como naturaleza romántica y salvaje, de donde se nutre el mito del paraíso perdido de Mircea Eliade, y la naturaleza como locus horrendus, a veces devoradora, donde lo sombrío, lo inquietante y lo recóndito confluyen.

En Sima (2015) se hace latente lo subterráneo a través de la caída espectral, el concepto de agujero se mezcla con el de la boca, como el órgano devorador de una naturaleza destructora. Boca y sima suponen el punto de unión de dos mundos, interior y exterior, vivificando múltiples conexiones con lo subterráneo, el mundo oculto, de nuevo, la no conciencia. En las tres obras, Sima, Sima vertical y Sima horizontal, todas del 2015, lo abismal atrae bellamente.

Estas obras ofrecen una tensión con Geo (2015), obra con una mirada más gélida y metálica, que nos traslada a un lugar lejano, no explorado, ni civilizado, una vez más, la naturaleza desafiante se muestra enigmática y desconcertante, cercana a la abstracción. 

La observación de los fenómenos naturales activa los procesos de creación, así mientras  la nieve describe el espacio negativo en la naturaleza que se recoge en las obras de Sima, la cera de modelado ha capturado el espacio negativo del cuerpo generando Atximurrak (2009-2015), y trasciende hacia el dibujo con la obra Isotropía ( 2015) realizada en tinta de rotulador plateada, que recoge el perfil de la Peña Valcayo en Los Picos de Europa, dibujando la nieve sobre la montaña invernal, es decir el espacio negativo de la roca, en un paraje de melancolía que empatiza  con Los cazadores en la nieve (1565) de Brueghel el viejo, que documenta la edad de hielo de aquella época.

En toda la muestra late esta idea de melancolía, innata al invierno, a la muerte y a la regeneración de la vida.

Por ello para mí Natura supone estás dos vías, una reflexión en torno al ser humano y también un lugar donde mis procesos artísticos cobran vida.”  Pilar Soberón












Bosque isotrópico, (2015),  1,50 x 3 m., montaje fotográfico,  Fotografía Iñigo Royo



















Bosque isotrópico, (2015), detalle,  1,50 x 3 m., montaje fotográfico












Atximurrak (2009-15) y Bosque Isotrópico (2015), Fotografía Iñigo Royo.




















Geo ( 2015)  y Atximurrak (2009-15), Fotografía Iñigo Royo










Atximurrak, (2009-15), aluminio fundido, 10x8x7cm.  aprox. c/u. Fotografía Iñigo Royo































Atximurrak, (2009-15), aluminio fundido, 10x8x7cm.  aprox. c/u. Fotografía Iñigo Royo

























Atximurrak, (2009-15), aluminio fundido, 10x8x7cm.  aprox. c/u
























Atximurrak, (2015) detalle



























Isotropía (2015), dibujo a rotulador y aluminio fundido

























Isotropía (2015), 5 x 3m. dibujo a rotulador y aluminio fundido.














































Paisaiaren Murmurioa / Cuando el paisaje habla
Mari Jose Aranzasti

El Romanticismo irrumpe con fuerza cambiando por completo, entre otras cuestiones, el concepto de paisaje.  Emoción e intuición frente a la razón neoclásica; naturaleza desbordante, de caos, de ruinas y de desastres frente al orden, la contención y la racionalidad del Neoclasicismo.
En esta exposición Paisaiaren Murmurioa/ Cuando el paisaje habla  se siente  que el paso del tiempo no se percibe hasta que éste ha transcurrido. El abanico de múltiples miradas hacia el paisaje, a la vez que las reflexiones que de ellas se derivan se exponen a través de las diferentes propuestas y procesos de los siguientes artistas seleccionados.
El acuñado término literario de locus amoenus, como lugar idílico y ameno sugiere la existencia de una Naturaleza edénica, de paz y de sosiego: la de un paraíso. Pero también existe el locus horrendus: lo sombrío, el enigma y misterio inquietante del bosque, lo recóndito y desconocido, lo subterráneo y abismal, lounderground, el límite ilimitado, los paisajes silenciosos, los desastres etc.
En esta última década  hay que subrayar que la tecnología digital ha cambiado de forma singular nuestras vidas y el arte también se ve inmerso en esta nueva modalidad en la que el orden y lo racional  lo implanta la tecnociencia y lo global.
La incertidumbre está presente en el paisaje de la artista Iranzu Antona (Pamplona, 1979) y esto lleva al espectador a reflexionar.  Por una parte, produce  cierta inquietud y por otra, se adentra en el mundo de lo recóndito, de los lugares no accesibles, enmarcados en el límite.  Desde el tratamiento del análisis, en el que prima la esencia, aparece lo salvaje, la naturaleza tal cual y con ella el esplendor de su fuerza.
La perfecta unión entre poesía y paisaje, dentro de la escultura poética,  alcanza dosis de gran lirismo en las obras de María Cueto, (Avilés, 1960) artista que construye unos paisajes, verdaderos poemas plásticos, compuestos de pequeños fragmentos del mundo. Estas obras dibujan en el aire grafías en suspensión y sutiles movimientos, inmersos en una naturaleza de calma y sosiego, de silencio y  paz, con un  aura oriental y gran carga a su vez, de melancolía.
Un universo en  constante proceso de experimentación que logra un paisaje creativo muy personal,  compuesto también por fragmentos de la propia naturaleza, con referencias del mundo vegetal, de líquenes, de musgos, de lo micro, a la búsqueda incesante de nuevas cartografías y mapas que se convierten en verdaderas  sinfonías musicales es el que muestra Arantxa Guereño (Donostia, 1955). La artista sumerge al espectador en una naturaleza abstracta, reiterativa, también muy poética, de paraísos edénicos, de follajes boscosos, coloristas, de juegos y de  formas muy estructuradas,  tanto orgánicas como  geométricas.
El artista multidisciplinar Álvaro Matxinbarrena (Donostia, 1958) presenta con su vídeo la incorporación al paisaje de su propia experiencia vital, sus reflexiones, sus propias interferencias-referencias, las  relaciones con determinados objetos  que conforman la inclusión de un personal bodegón o naturaleza muerta. Un viaje interior y autobiográfico, en el que hay cabida para alguna de las pasiones personales del artista, donde también el paisaje se convierte en paraíso inquietante y  en el que juega un papel importante la singular  música compuesta por Ibon Errazkin.
Hay una constante que recorre muchas de las obras de estos artistas presentes en esta exposición. Por un lado el tema de la desaparición, del cambio continuo, porque es imposible que el tiempo se detenga, por lo que  la evocación de la muerte, siempre al acecho subyace  agazapada.
Ese paso del tiempo se vislumbra también  en esas fotografías heladas de la artista Pilar Soberón (Lasarte,  1971), tanto en el sentido intrínseco, de las gotas de hielo que contienen, como en el figurado, congeladas en el tiempo,  obras que  nos trasladan al concepto de abismo, a la sima, al trou, a la simbología de la boca y a la de  una naturaleza, a veces devoradora y con un gran símbolo latente de lo femenino.
Donde no hay ruidos, ni sonidos, pero sí ritmo es en la obra generativa, construida a sí misma, programada dentro del software art y que,  configurada al modo de un algoritmo, proyecta en el techo un paisaje geométrico, de múltiples variables, en un devenir constante, infinito, realizado por el artista Jaime de los Ríos (Donostia, 1982), fundador de Arte y Ciencia, Artklab con el cual nos adentramos en visiones tecnológicas más recientes.
Las fotografías de Iñigo Royo (Donostia, 1962) están ligadas como gran parte de su trayectoria artística a la seriación, reiteración y a determinadas  referencias literarias. Su obra está plagada de complejas paradojas, al intentar plasmar lo irrepresentable como el paisaje desértico del vídeo, en el que se insiste más en lo auditivo que en lo visual. La grandilocuencia de determinadas palabras, gracias al buscador google earth se convierten  repentinamente en lugares, en sitios concretos.
Ciertas evocaciones románticas de las ruinas, de la invasión implacable de la naturaleza enmarañada que se adentra como maleza invasora aparecen en las  fotografías del artista Unai San Martín (Eibar, 1964). La nostalgia de un paraíso quizás ya perdido, en unas  obras con claros  efectos pictorialistas y abstractos, como la   la superficie del mar, la bruma,  sin límites visuales hacen aflorar una gran belleza profundamente melancólica.
Una plataforma colectiva creada en 2005,  a partir de un grupo de artistas configura Soinumapa.net, el mapa sonoro del País Vasco que ha compartido múltiples sonidos sonoros a través de una página-archivo que todavía está vigente y sigue en construcción. Hasta la fecha 643 entradas y abierta la participación al que lo desee para añadir nuevas grabaciones.
Los profundos y oscuros abismos, las confluencias subterráneas y sus corrientes, lo dedentro y lo onírico conforman otro viaje interior para emprender. La artista  Gentz del Valle (Lekeitio)  a través de la magia y del poder evocador del dibujo nos dirige hacia un mundo en el que la naturaleza siempre aparece cambiante y velada. Una naturaleza interior compleja, enigmática, muy vinculada también por otra parte con  la mitologia y la femineidad.